El Consentimiento  es un acto del poder de la mente para pensar y comprender, para razonar y realizar una consideración cuidadosa para participar en algo, y para reflexionar sobre las consecuencias de esa participación.   El significado apropiado del consentimiento es una persona que ejerce la capacidad mental suficiente para tomar una decisión inteligente, que se demuestra a través de la disposición genuina de una acción, como resultado de alcanzar un acuerdo en intereses mutuos o compartidos o de realizar una acción que es propuesta por otra persona.  El consentimiento ya no es un consentimiento real cuando las tácticas de terror, intimidación, engaño y miedo son utilizadas como una herramienta explícita para fabricar el consentimiento en una persona, con el fin de que sigan adelante con la realización de una acción.  Obviamente, esto es coerción administrada bajo amenaza de perjuicio personal.  Por lo tanto, podemos tomar consciencia de que el consentimiento de muchas personas es robado, manipulado y fabricado mediante la utilización de las masas como objetivos de miedos a la intimidación, el acoso escolar, el terrorismo y la victimización.   Esta es una operación psicológica de los medios de comunicación, utilizada para traumatizar a los ciudadanos del mundo, distrayéndolos de comprender el poder del consentimiento.

En forma adicional, el consentimiento se produce cuando una persona acepta voluntariamente la propuesta, los objetivos o los deseos de otra persona.  Esto también se aplica a la participación con cualquier tipo de organización y otros tipos de estructuras corporativas.   Cuando brindamos consentimiento sobre algo, no importa lo que sea, una persona o algo inanimado, es importante establecer nuestra intención, propósito y objetivos en cuanto a por qué estamos participando conscientemente con ellos.  Esto se denomina establecer los términos de una declaración de misión, lo cual se correlaciona con la Ley de Intención.   Todas las personas deben tener una declaración de misión que refleje sus intenciones y metas personales, sin importar lo básico que sea para delinear su propósito y dirección.  Las personas deben ser conscientes de sí mismas hasta el punto de poder definir a qué propósito quieren servir en la vida.

Una Declaración de Misión  personal puede ser tan simple como: "Elijo estar en la máxima expresión de mi divinidad y servir a mi Fuente de Dios para alcanzar mi máximo potencial".  Además, todas las organizaciones y sistemas de energía también deben tener una declaración de misión que refleje claramente la declaración de intenciones y el propósito de la estructura organizativa.   Las declaraciones de misión establecen la intención del campo organizativo en los sistemas de energía que se crean conjuntamente, lo cual te permitirá, a lo largo del tiempo, realizar una autoevaluación y controlar si tu declaración de misión y la declaración de misión e intención de otra persona u organización son congruentes o disonantes.      Como una persona consciente, despierta e informada, este paso es muy importante para administrar las energías generadas entre todas tus asociaciones personales, proyectos e intenciones detrás de ellos.  Con esta claridad de propósito, esto te permite controlar la resonancia personal rápidamente cuando las cosas entre las personas y las organizaciones evolucionan con el tiempo, con el fin de monitorear mejor si necesitas realizar cambios en la intención o el consentimiento que hayas emitido en las relaciones que has creado.

Por lo tanto, depende de nosotros poner énfasis en aceptar la responsabilidad en nuestras elecciones y acciones, de modo que nunca renunciemos a nuestro consentimiento personal ante algo que esté fuera de la conexión directa de nuestro propio ser espiritual interior con Dios Central o la Fuente.  De esta manera, podemos interactuar con muchas estructuras diferentes en este mundo, colaborar con otras personas y en comunidades, aunque sin otorgar nunca autoridad a cosas externas respecto a la dirección de nuestro ser superior y relación con Dios. Esto es lo que significa estar en este mundo, sin ser de este mundo.